REAPARECE LA AMENAZA DEL TRASVASE
Como sospechábamos muchos, la amenaza del trasvase sigue latente. La petición por parte del Ministerio del informe del Gobierno de Aragón para decidir si se lleva agua de la cuenca a cuatro pueblos catalanes que tienen parte de sus términos fuera de la misma, ha servido para que (antes de que se dé ningún pronunciamiento) el Gobierno valenciano, como quien no quiere la cosa, reclame de nuevo el trasvase del Ebro. Según el consejero de Medio Ambiente valenciano, resulta que en el Ebro sobra agua hasta el punto de poder trasvasar a Valencia 25 veces el agua que reclaman. Y claro, a los que vivimos aquí y vemos el Ebro y las tierras que lo rodean todos los días nos asalta la duda de a qué “agua de sobra” se refiere este hombre. Ya no voy a entrar en la necesidad de caudales mínimos ambientales o de la necesidad que el Delta del Ebro (zona natural en la que desemboca al mar el río) tiene de caudales (que cada vez son menores, por cierto) para su supervivencia. Pero sí voy a entrar en algo que la prensa aragonesa del pasado domingo se hizo eco: las enormes necesidades de agua que muchos pueblos de Aragón (pertenecientes, muchos de ellos, a la cuenca del Ebro) sufren. Y es que, permitir un trasvase cuando en la zona aragonesa de la cuenca existen pueblos que están en la misma situación o peor que los que exigen agua de la cuenca resulta, cuando menos, ilógico. Nos tacharán de egoístas, pero no somos nosotros los que nos comportamos de dicha manera. Repito, tenemos un montón de pueblos en Aragón con graves problemas y carencias relacioanadas con el agua. Pero parece que esto último no llega a los oídos de los trasvasistas. Es como hablar con una pared. Sencillamente, no les interesa. Para ellos solo existen sus problemas. Para ellos en Aragón “sobra agua” (tiene narices la cosa), porque para ellos no existen los problemas de Aragón. Para ellos, evidentemente, no existe Aragón.¿Quién es el egoísta?
Y después surge la pregunta de siempre: los trasvasistas quieren agua… para qué. ¿Tal vez para proyecciones de grandes desarrollos urbanísticos como reconoce el propio alcalde de la localidad catalana de Montmaneu en Heraldo? ¿Tal vez para los complejos turísticos y de ocio que se proyectan en el Levante?
En fin, habrá que estar en guardia. Habrá que estudiar a fondo todo el proyecto. Y para ello, habrá que dejar un tiempo prudencial. Lo que no puede ser es que al día siguiente de hacerse pública la solicitud de un informe al Gobierno de Aragón, el consejero valenciano exija un trasvase para ellos a costa del desarrollo de los pueblos aragoneses que llevan decenios esperando su turno. Espero que la imagen que os adjunto en cabecera no pase de ser una mera advertencia de lo que se nos puede venir encima.
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