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REFLEXIONES SOBRE EL RATONCITO PÉREZ

REFLEXIONES SOBRE EL RATONCITO PÉREZ

El ratoncito Pérez ha pasado por nuestra casa. Ayer, a mi hijo Jaime (seis años) se le cayó su primer diente de leche, y esta noche el ratón ha ido a por la codiciada pieza dental a cambio de un obsequio. Se ha portado bien Pérez, que ha dejado a Jaime unos euros. Además, mi hijo pequeño es muy metódico para estos acontecimientos y siempre elige la misma fecha. El diente se le ha caído el mismo día de la celebración de su sexto cumpleaños (hace cinco años, el día de su primer cumpleaños se decidió a echar a andar).

El ratón Pérez le ha dejado una nota felicitándole. Y es aquí donde han surgido las reflexiones porque, claro, la nota la ha hecho mi santa esposa. Cuando la he leído, me he dado cuenta de que después de la felicitación, "el ratón Pérez" ha firmado con la huella de su patita a modo de sello o rúbrica. Y aquí es donde he apuntado yo:

- Mayte, ¿no queda un poco raro que el ratón Pérez haya escrito una felicitación y a la hora de firmar ponga la huella de su patita en lugar de firmar normal?

Mayte se ha quedado con cara de póker mirándome. Yo le he insistido porque me ha parecido que no me entendía lo que le quería decir:

- No, si lo digo porque claro, si sabe escribir lo normal es que sepa firmar. Quiero decir, que su firma debería ser "El Ratón Pérez" o algo así, en lugar de la huella de su pata...

Mayte ha permanecido impasible, como una estatua, sin quitarme ojo. Su cara delataba cierta incomprensión, así que he insistido:

- Si sabe escribir, pues lo normal es que...

De repente, Mayte me ha cortado con voz alta y de preocupación:

- SERGIO, EL RATÓN PÉREZ NO EXISTE!! LA NOTA LA HE ESCRITO YO!! EL NIÑO TIENE SEIS AÑOS RECIÉN CUMPLIDOS!! EL RATÓN PÉREZ SOY YO!!

Y claro, me he quedado cortado porque Mayte tenía razón (no podía ser de otra forma). Por un momento, con el ánimo de hacer la nota del "ratón Pérez" lo mejor posible, "se me ha ido el bolo" y he comenzado a pensar en el Ratón Pérez como si existiera de verdad, o como si Jaime se fuera a dar cuenta de que el animal en cuestión firmaba con la huella de su pata en lugar de con el nombre. Y es que a veces nos metemos tanto en las cosas de los niños que a los papás nos ocurren cosas como éstas o similares (buscar en tiendas tipos nuevos de Pokemon ante el asombro del dependiente por nuestra sabiduría "pokemonil", discutir con otros padres sobre los poderes que tiene el Bakugan tal o cual, etc).

De todas formas, la nota de sensatez la ha puesto mi otro cachorro, Chorche, que ya tiene nueve años:

- Jaime, ¿qué vas a hacer con los euros que te ha dejado el ratoncito Pérez?

- No sé, ha respondido el peque.

- Pues yo que tú, los "depositaría en el banco".

- Me parece bien, pero primero los meteré en la hucha.

Tan pequeños y tan organizados y previsores...

2 comentarios

Sergio -

Hola Ana!
Qué tal vosotros? Espero que muy bien.
La verdad es que los críos pequeños dan para mil anécdotas. Y, como dijo, la ilustre Esteba, por mis hijos MA-TO. ;-)

Ana -

¡Qué monísimos!
Gracias por compartir con nosotros estas pequeñas grandes anécdotas familiares.
Tienes unos hijos geniales...
Un besico