CRÓNICA DE UNA NOCHE DE REYES (2009)
Bueno, finalmente han pasado otras Navidades, y su punto final ha venido protagonizado por el día de Reyes, jornada en la que es costumbre hacer regalos, sobre todo a los niños que todavía creen en su existencia. Ya os he contado alguna caótica noche de Reyes, y hoy toca hacer lo propio con la pasada noche del 5 al 6 de enero. Para empezar, os diré que esta última noche de Reyes, afortunadamente para mí, no fue tan desastrosa como la de 2007. En general todo ha ido bastante bien, salvo que los regalos estaban en el coche, y hubo que salir hacia las dos de la mañana a por ellos a una temperatura de un grado, y con un viento que tiraba para atrás. Salvando un pequeño susto que, fruto de los nervios, nos dio Chorche (se levantó hacia las tres de la mañana pidiendo agua, pero al final no sólo no bebió sino que únicamente hizo pipí), todo los demás ha ido como la seda.
Este año ha sido especial por dos razones. La primera porque nuestro pequeño Jaime (cuatro añicos) ya es totalmente consciente de la fiesta de los Reyes Magos. La segunda porque, a diferencia del anterior, nuestro hijo mayor (Chorche que pronto va a cumplir ocho años) comienza a hacer preguntas sobre los Reyes Magos que delatan que, seguramente, éstas serán las últimas Navidades en las que desconocerá la realidad de los Sus Majestades de Oriente.
Efectivamente, Chorche se está haciendo mayor y sus dudas comienzan a asomar. Con Papá Noel, por ejemplo, me preguntó que cómo se llamaban los animales que tiraban de su trineo. "Renos" le contesté. A continuación el con tono de protesta me dijo "...pero si los renos no vuelan...". O con los Reyes Magos, no tiene muy claro cómo en una noche llegan a todo el mundo, y menos con camellos. Claro, que siempre te queda la socorrida respuesta de acudir a la "magia". Pero, claro, al final Chorche (creemos) ya se imagina algo.
A pesar de ello, la ilusión de ambos por sus regalos, el inmenso respeto a los Reyes Magos, sus nervios esa noche...todo ello ha sido igual que otros años. Y eso compensa todo. Este año, tras asistir a la cabalgata de los Monarcas Magos en Jaca, dejaron sus botas junto a la estufa, con una nota a los Reyes escrita por Chorche (Jaime puso su nombre también) en la que dicen literalmente: "Queridos Reyes Magos: os emos dejado comida en la (dibujo de una estufa con chimenea). Feliz 09. Os queremos mucho. Chorche. Jaime.". La comida, como podéis observar en la foto, consistía en tres trozos de pan, tres trozos de kiwi, tres zumos y tres latas de Kas de naranja (la mente de un niño en lo que a comida se refiere es inescrutable).
El primero en levantarse por la mañana ha sido Chorche, quien ha descubierto que los regalos estaban ya allí. Jaime ha acudido (todavía medio dormido) de inmediato. La ilusión asomaba por los ojicos de ambos, junto a exclamaciones y gritos de alegría. Además les ha encantado que los Reyes han escrito también en el papel, y les han dicho que "Habéis sido muy buenos. Os queremos mucho. Gracias por el pan, la bebida y el kiwi.", y les han firmado los tres (guardamos el papel con estos autógrafos).
En fin, pasa otro año, otras Navidades. Un momento de alegría para los niños, y también para recordar a los que ya no están con nosotros (al menos físicamente).
0 comentarios