EL IMPRESIONANTE PUEBLO JAPONÉS

La desgracia se ha cebado con nuestros amigos japoneses, en forma de terremoto y posterior tsunami. Por si esto fuera poco, los efectos que el grave movimiento de tierras ha tenido en algunas centrales nucleares, está poniendo en graves apuros a los poderes públicos nipones. Por si esto fuera poco, y tal vez como otra consecuencia, ha entrado en erupción un volcán situado en el lado sur de la isla que complica más aún las cosas.

Lamentablemente, el número de fallecidos y desaparecidos es muy elevado, a pesar de que Japón es (sin lugar a dudas) el país más preparado del mundo para gestionar este tipo de desastres.

Pero lo que quería poner de manifiesto no es la preparación técnica de Japón (que indudablemente la tiene) frente a estas situaciones (otra cosa es que la catástrofe natural sea tan enorme que realmente se pueda hacer algo efectivo). Lo que realmente me ha llamado la atención es la actitud de los/as japoneses. Están dando un ejemplo de madurez, disciplina, control y orden que nunca se había visto. En la televisión he podido observar muchas imágenes, y la gente tiene paciencia en las filas, mantiene el orden, se ayuda...todos saben lo que tienen que hacer. Un ejemplo concreto pero muy clarificador: la organización para llamar por teléfono. En una especie de pabellón deportivo habilitado para dar cobijo a los afectados se apreciaban en línea unos diez aparatos telefónicos. La gente esperaba con normalidad a su turno, y de diez en diez los utilizaban. Sin gritos, dominando los nervios y las emociones, sin aprovechados que se cuelan, sin líos. Algo evidentemente impensable para nosotros. Podéis verlo en el vídeo que os adjunto tomado de los informativos de Cuatro.

Sinceramente, creo que el japonés es un gran pueblo. Lo demostró en el siglo XX levantando un país tras la dura derrota de la segunda guerra mundial. Lo demuestran a diario con su capacidad de trabajo e ingenio. Y lo están demostrando con gran solvencia en una situación catastrófica como la que están sufriendo. Un diez para ellos, y por supuesto, toda mi solidaridad.