LA VUELTA DE LOS BIENES

La prensa aragonesa de hoy se hace eco del acuerdo al que, parece ser, han llegado los Obispados de Barbastro-Monzón y de Lérida, para que los bienes de las parroquias aragonesas que se encuentran depositados en la ciudad catalana, vuelvan por fin a sus legítimos titulares tras muchos años de reclamaciones, reivindicaciones y pronunciamientos de los tribunales eclesiásticos a favor de la tesis aragonesa. Se trata sin duda de una buena noticia, pero tras muchos años detrás de este tema, existe cierta sensación de escepticismo en Aragón, y creo que ello está justificado.

Por prudencia, hasta que dicho acuerdo no sea firme, creo que es mejor no dar las cosas por resueltas. Cuando hace algún año acudí a Lérida con el Portavoz del PAR (Javier Allué), la diputada oscense (Marta Usón) y otras personas del PAR, para reclamar estas obras y entrevistarnos directamente con todos los grupos políticos políticos de la Diputación de Lérida, todos los partidos catalanes (desde ERC hasta el PP) eran radicalmente contrarios a la devolución de los bienes a Aragón. Leo en la prensa que tanto el Ayuntamiento de Lérida como la Generalitat ya están poniendo objeciones a la devolución. Por ello, y tras la experiencia de la última década, es mejor no dar nada por hecho.

En este sentido, tengo que recordar que en el Grupo Parlamentario presentamos recientemente una proposición no de ley en la que se insta al Gobierno de Aragón para:

• Promover las acciones pertinentes para evitar posibles injerencias de otras instituciones que dilaten todavía más la devolución de los bienes en cuestión.
•  Dirigirse a la Generalitat de Cataluña al objeto de trasladarle la necesidad de que, una vez finalizado el procedimiento eclesiástico, ponga a disposición de las instancias pertinentes toda su ayuda al objeto de proceder a la devolución de los bienes.
• Solicitar, de acuerdo con el Obispado de Barbastro-Monzón, al Gobierno central la adopción de cuantas medidas sean necesarias, para ejecutar la resolución de la Congregación de Obispos de Roma, en la que se obliga a la diócesis de Lérida a devolver a las parroquias aragonesas de la Diócesis de Barbastro-Monzón los bienes eclesiásticos depositados y cuyo retorno ha sido objeto de este litigio...".