NUEVO OBSTÁCULO PARA EL CANFRANC
Como ya viene siendo costumbre en las últimas décadas, las noticias sobre una posible reapertura de la línea ferroviaria internacional Canfranc-Pau se suceden ofreciendo una de cal y otra de arena. Si hace poco se hacía público algún estudio favorable así como la disposición de Aquitania de proceder a su paulatina reapertura, hoy los medios de comunicación aragoneses recogen la noticia de que el embajador francés ha anunciado que no el gobierno galo no considera esta línea como un proyecto estatal y ni europeo, considerando que su interés es meramente regional y por ello solo incumbe (también financieramente) a la región de Aquitania y a la Comunidad Autónoma de Aragón.
Nos encontramos pues en la misma situación que llevamos atravesando durante años. Mientras el gobierno español no sepa convencer a su homólogo francés de la importancia estratégica en la política de comunicaciones del Canfranc como medio complementario a la Travesía Central y del propio interés internacional de la línea, el Canfranc quedará en vía muerta. Es una lástima, porque la Unión Europea ha puesto de manifiesto en reiteradas ocasiones que los pasos por carretera por los extremos de los Pirineos están saturados y son medioambientalmente menos indicados que los pasos por ferrocarril. Pero, así estamos.
¿Qué hacer en este momento? Seguir avanzando y seguir presionando. Parece claro que la reapertura del Canfranc será el final de un largo camino en el que habrá que dosificar nuestros esfuerzos como en un carrera de fondo. Habrá que conseguir avances, poco a poco, aunque sean pequeños. Finalmente, la cordura se impondrá, aunque tal vez para entonces sea tarde. El gobierno español tiene mucho trabajo pendiente y para el futuro (es evidente que no ha convencido al ejecutivo galo). Los ciudadanos tenemos un papel esencial en esta lucha: seguir revindicando con fuerza la reapertura, no reblar y no olvidar.
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