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ESTACIÓN DE CANFRANC

ESTACIÓN DE CANFRANC

La fotografía superior, es el actual aspecto que guarda la impresionante estación internacional de ferrocarril de Canfranc. Esta bellísima estación está siendo objeto de restauración, y por dicha razón desde hace algún tiempo se encuentra cubierta por andamios y estructuras. Así, y también con la instalación de un hotel y de otras obras en su entorno, se asegura que este hermoso edificio abandone la progresiva ruina que, de forma intolerable, sufría. Esto supone un primer paso en la anhelada reapertura de la línea internacional Canfranc-Oloron.

Canfranc por ti.

Además del edificio en sí mismo de la estación, un paseo por sus alrededores nos descubre las antiguas infraestructuras y ferrocarriles hoy abandonados al paso del tiempo. Los trenes de madera, quedan casi condenados a perder todo salvo la estructura metálica. En cambio, los metálicos tienen más posibilidades de sobrevivir. Los viejos trenes parecen esperar el momento de la reapertura.

Canfranc por ti.

La vegetación colabora con el duro clima de alta montaña de Canfranc en la paralización de estos gigantes del transporte en otro día, hoy simples y vetustas huellas de un pasado sobre raíles.

Canfranc por ti.

 

Los viejos hangares a duras penas mantienen sus cubiertas de madera, seguramente de la primera mitad del siglo pasado. Las grúas auxiliares para la carga de los trenes que en su día atravesaban Aragón con destino a Francia, esperan ansiosas poder ver cómo otras máquinas más modernas las sustituyen para continuar con su labor.

Canfranc por ti.

Los ´viejos raíles todavía obedece la última orden recibidas de las agujas, sin sospechar ni de lejos que éstas últimas hace tiempo que dejaron de funcionar.

Canfranc por ti.

Los finales de las vías muertas todavía conservan los enormes monolitos de hormigón para frenar el empuje de los vagones que estacionaban en este lugar.

Canfranc por ti.

Tal vez un día no muy lejano todas estas piezas puedan conservarse en un gran museo del ferrocarril, donde puedan contarnos con orgullo el papel que jugaron en su día en la importante Estación Internacional de Ferrocarril de Canfranc. Tal vez, desde allí contemplen con admiración cómo la línea internacional se reabre por fin.

 

 

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